d’agost 15, 2010

Los seres vivos

Vengo reflexionando hace varios días sobre un tema que me exasperaba hasta que decidí ser parte de la solución completamente. Hablo específicamente de la falta de cortesía, tolerancia y PACIENCIA en esta ciudad. Es increíble como salgo a la calle y me topo con situaciones bochornosas en las que reina el caos y no existe la tolerancia. Les hablo de conducir en esta caótica ciudad. Hay demasiados automóviles debido al bajo costo y la falta de un sistema eficiente de transporte. Hay muy pocas calles y carreteras por la nula planificación urbana. La gente anda acelerada siempre. Si juntamos estas dos situaciones, ¿ustedes qué creen que sale? LA ANARQUÍA que veo todos los días. 

Comencemos por que tenemos dos tipos de ciudadanos: los seres humanos, que saben que viven en un mundo en el que no son el centro de atención y tienen que cuidar y compartir el espacio con los demás, y prefieren vivir en armonía con los demás seres humanos. Y tenemos a los seres vivos, que pierden cualquier característica que los hace humanos, y simple y llanamente viven. Y son BIEN VIVOS. Y confían en que mientras más vivos sean, mejor para ellos. 

Vivimos en un mecanismo de selección natural en el que cada día existen menos seres humanos y existen más seres vivos, los que tienen las condiciones perfectas para sobrevivir y poblar el planeta, eliminando a los más débiles. 


Comienza la despotricadera...

Vuelvo con los seres vivos. Son aquellos que se paran sobre el paso de peatones en una luz roja. También son aquellos que estacionan mal el carro en los estacionamientos. Son aquellos que se sienten poderosos si te adelantan un poquito y se te cuelan en las filas del corredor. Son los que te rebasan cuando haces un alto y tampoco frenan al ver que tú te detuviste porque hay peatones cruzando. Claro, tú te asustas porque estuviste a punto de ser testigo de un atropello. Y si no te asustas, creo que no eres un ser humano. 

Los seres vivos son este tipo de gente que se engancha de la bocina del auto y por todo llaman la atención. Son como una piedrita en el zapato... cómo joden. Yo prefiero hacerme a la orilla, poner mis intermitentes y dejarles pasar. Últimamente adopté hacer algo que me recomendó una tuitera: sacarles un rollo de papel higiénico cuando se pongan a pitar. Ya compré mi rollo de papel higiénico. Cuando lo use, les aviso (a mis lectores imaginarios). 

También son seres vivos aquellos que se van por el hombro y después te tiran el carro para incorporarse al carril. Y puedo apostar que son estos mismos los que colaboran a generar más tranque al pararse en la mitad de las intersecciones. 

¿Saben quienes son las especies dominantes en esta selección natural? Los buseros y los taxistas. Son unos hijos de puta que salen a la calle con el único fin de hacer su trabajo, pero de la peor manera. No respetan ni a su propia madre cruzando la calle y se "aprovechan" de cualquier situación. Los primeros manejan a altas velocidades, hacen regatas, dejan a la gente fuera de la parada (situación en la que el pasajero participa) y un millón más de cagadas. Los taxistas, por su parte, trabajan cuando les da la gana, te llevan donde ellos quieren y les tienes que pagar lo que en ese momento les pase por la cabeza. Jamás cargan el mapa de zonificación pegado en la parte posterior del asiento y si andan de mal humor te cobrarán más aunque vengas compartiendo el taxi con 2 y 3 personas. 

Esta es la clase de ser vivo que sobrevive en esta jungla de cemento en la que sobran los autos, faltan calles. Cero cortesía, cero tolerancia y paciencia bajo cero. 

No permitamos que sigan reinando los seres vivos. Mantengamos a flote nuestros valores y pensemos, porque al pensar y luego actuar es lo que nos identifica como humanos. Tengamos paciencia, que el tiempo alcanza cuando uno se programa. Seamos tolerantes con aquellos que andan un poquito más lento que nosotros, y con aquellos que demoran más en estacionarse o que aun no tienen mucha práctica para manejar, porque también tienen derecho a circular. Seamos conscientes de la realidad, y practiquemos estos tres valores: cortesía, paciencia y tolerancia. De a poquito irá cambiando el panorama, y definitivamente nos sentiremos mucho mejor. 

Tengo sueño, pausa y volvemos.